Preciosos ángeles, los arboles, las flores son los hermanos que les muestran el camino a la meditación, cada día se alzan silentes y pacíficos abanicando sus hojas y flores, te acarician con sus aromas llamando tu atención. Las frágiles aves con sus bellos cantos te enseñan la oración, que agradece su presencia al Señor. Ohh, si pudieras verlos en su naturaleza divina mas allá de sus trajes vistosos, te asombrarías de su grandiosidad y los maravillosos colores que los adornan y dan gloria a Dios. Date cuenta de lo delicados que son, que hasta el roce del aliento las hace estremecer y ruborizar. Son tan amados que te invitan a contemplarlos para sentir su presencia en el camino espiritual. Cierro mis ojos para contemplarte junto a ellos y regalarte el aroma que traigo conmigo como un regalo para ti.
RATMAZAN SAI
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