“¿A usted no le parece que ya es hora de que discutamos por lo menos una vez?”
El otro monje dijo:
“Está bien, comencemos! ¿Sobre qué discutiremos?” “Qué le parece este pan?”, respondió el primer monje. “Está bien, vamos a discutir sobre el pan.
¿Cómo haremos?”, preguntó el otro monje. Contestó el primero: “Ese pan es mío, me pertenece.”
El otro replicó: “Si es así, tómelo.”
Escribeme en FACEBOK: Camino espiritual
1 comentario:
Maravilloso, no hay necesidad de discutir si todo se da con sabiduria.
Publicar un comentario