¿Te has fijado alguna vez cómo piensas? Te comunicas con el mundo real a través de tus sentidos. También piensas a través de los sentidos: ves, oyes o sientes cosas en tu interior. No es posible sentir sin pensar. Primero piensas y después sientes.
El problema de la ansiedad está en pensamientos que tu cerebro interpreta erróneamente como reales. Tú sabes racionalmente que no son verdad, pero te los crees a nivel emocional, "sientes que son verdad". Si tu cerebro cree que algo grave va a suceder, empieza a enviar síntomas de ansiedad. Ese pensamiento puede ser una imagen mental (de ti mismo o de otra persona o situación), un sonido (tu propia voz, las palabras de alguien, un ruido o música...), o una sensación en el cuerpo (un cosquilleo, frío o calor...)
Si aprendes cómo funciona tu ansiedad, podrás acabar con ella en muy poco tiempo
La ansiedad se manifiesta de muchas maneras. Las resumo en cinco grandes grupos de síntomas:
Huida/Evitación: Evitas situaciones de la vida diaria o escapas de ellas si te las encuentras de forma imprevista.
Respuestas físicas y psicológicas: Palpitaciones, sacudidas del corazón o aceleración del pulso; Sudoración; Temblores o sacudidas; Sensación de ahogo o falta de aliento; Sensación de atragantarte; Opresión o malestar torácico; Náuseas o molestias abdominales; Inestabilidad, mareo o desmayo; Sensación de irrealidad o de estar separado de ti mismo; Sensación de embotamiento, desapego o ausencia de reactividad emocional; Falta de concentración o sensación de mente en blanco; Aturdimiento respecto al entorno; Irritabilidad sin motivo; tensión muscular sin motivo; Dificultad para conciliar el sueño al acostarte; Sensación de no haber descansado al levantarte por la mañana; Inquietud o impaciencia frecuentes. Fatiga fácil y sin motivo; Sensación de entumecimiento o de hormigueo; Escalofríos o sofocos
Sensación de pérdida de control: Miedo a perder el control o a volverte loco; a hacerte daño a ti mismo o a los demás en un arrebato incontrolable; Miedo a hacer algo sin poderte controlar.
Miedos: Miedo a tener un infarto de miocardio; a morir tu o algún ser querido, o a que ocurra alguna desgracia; Miedo a estar solo o con demasiadas personas; a atragantarte, a tener vómitos, a producir demasiada o poca saliva, a cerrar demasiado o poco los párpados, a respirar demasiado o con poca frecuencia; Miedo a estar en sitios muy grandes o muy pequeños; a estar con gente; Miedo a viajar en automóvil, en tren, en avión, en bus o a subirte en ascensores; a objetos concretos, a personas determinadas o a situaciones específicas; Miedo a animales, a la administración de inyecciones o a la visión de sangre; Temor intenso a tener crisis de ansiedad; a volverte loco o a perder la cabeza; Preocupaciones irracionales por cosas de la vida cotidiana; Horror intenso ante el recuerdo permanente a lo largo de meses o años de un acontecimiento traumático (un accidente, muerte o amenazas reales)
Pensamientos repetitivos: Pensamientos, impulsos o imágenes que aparecen en tu cabeza y no las puedes evitar; Comportamientos irracionales (lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones, etc.); Acciones repetitivas de acuerdo con determinadas reglas (rezar de determinada manera, contar o sumar matrículas de automóviles, pisar las baldosas al andar por la calle.
La característica principal de la ansiedad es que, poco a poco, se generaliza y cada vez hay más cosas que producen ansiedad.
Para tratar la ansiedad, la mayor parte de los médicos recetan tranquilizantes o mezclan sedantes y estimulantes. Los fármacos no curan la ansiedad, sólo quitan los síntomas. No conozco a nadie que haya podido superar su ansiedad sólo tomando tranquilizantes. Pero los tranquilizantes, además de no curar la ansiedad, provocan dos nuevos problemas: crean dependencia (no puedes dejar de tomar el medicamento) y tolerancia (cada vez necesitas más dosis para conseguir calmar los síntomas) La mezcla de algunos fármacos llega a crear verdaderas cocteleras humanas.
Llegamos casi a los 2000 lectores -gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario